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viernes 31 de mayo de 2019 - 18h30

Charla: ¿Por qué un Orgullo Crítico?

El 31 de mayo, viernes, charla: ¿Por qué un orgullo crítico? a las 20h. Plataforma Transmarikabibollo d'Asturies. [Jornadas de Sexualidades: Lo que no se visibiliza, no existe]


CAST:

El 28 de junio de este 2019 se conmemora el 50 aniversario de los disturbios de Stonewall, fecha que se ha consolidado como el Día del Orgullo LGTBI+. Sin embargo, en los últimos años la celebración ha perdido paulatinamente su carácter reivindicativo para quedarse en una mascarada, un baile y un desfile que si bien cumplen el propósito de visibilizar al colectivo (o al menos a parte de él) y normalizar su presencia en las calles, ha quedado muy lejos de aquellos primeros actos que revolucionaron Nueva York en 1969.

El Orgullo Crítico surge como oposición a la mercantilización del movimiento para los intereses electoralistas o comerciales de partidos y empresas que se cuelgan la bandera arcoíris el día 28 de junio como reclamo de modernidad para sus clientes (votantes o consumidores) para enterrarla de nuevo el 29 en el fondo del cajón donde olvidan la Ley Trans, o para sepultarla bajo la pila de acuerdos comerciales con países donde la homosexualidad es delito condenado, en ocasiones, con la muerte.

En un año políticamente convulso en el que vemos cómo ideologías fascistas, machistas, LGTBIfobas y racistas adquieren relevancia política y ponen en entredicho no sólo los avances que están por venir sino los derechos conquistados hasta ahora, retomar el sentido reivindicativo del Orgullo es más importante que nunca. Nuestro objetivo este año es ofrecer un Orgullo Crítico que ponga el punto de mira en el sistema capitalista y cisheteropatriarcal que nos discrimina por desafiar los roles de género; por no poder integrarnos en una organización económica basada en la división sexual del trabajo (productivo y remunerado frente a reproductivo, es decir, de crianza y cuidados); y por entrar en una profunda contradicción con todo el imaginario patriarcal, completamente influenciado por una moral católica misógina y homófoba, que promulga el modelo binarista de hombre y mujer como único aceptable, estigmatizando a todas las personas que rompemos con este esquema. A raíz de estas contradicciones, el colectivo LGTBI, en especial la comunidad trans, se ve actualmente obligado a enfrentar discriminación y agresiones en el ámbito sanitario, en el mercado laboral, en colegios e institutos.
El 17 de mayo es el día contra la diversofobia en el que nos manifestamos contra las agresiones lgtbi-fobas. En el 2018 se han registrado en España 629 casos de delitos de odio a personas del colectivo LGTBI, de las cuales el 12% son menores de edad. Sin embargo la violencia también es institucional: las relaciones sexuales entre personas del mismo género aún son ilegales en al menos 72 países (entre ellos el 37% de
los Estados miembros de las Naciones Unidas), y en 12 de ellos pueden estar penados con la pena de muerte, habiéndose aplicado en 8 en los últimos tres años. Esta violencia también se manifiesta en la discriminación laboral de las mujeres trans, que enfrentan un paro del 90% en España, lo que las sitúa en una situación de extrema vulnerabilidad.

El 28 de junio de este 2019 se conmemora el 50 aniversario de los disturbios de Stonewall, fecha que se ha consolidado como el Día del Orgullo LGTBI+. Sin embargo, en los últimos años la celebración ha perdido paulatinamente su carácter reivindicativo para quedarse en una mascarada, un baile y un desfile que si bien cumplen el propósito de visibilizar al colectivo (o al menos a parte de él) y normalizar su presencia en las calles, ha quedado muy lejos de aquellos primeros actos que revolucionaron Nueva York en 1969.

El Orgullo Crítico surge como oposición a la mercantilización del movimiento para los intereses electoralistas o comerciales de partidos y empresas que se cuelgan la bandera arcoíris el día 28 de junio como reclamo de modernidad para sus clientes (votantes o consumidores) para enterrarla de nuevo el 29 en el fondo del cajón donde olvidan la Ley Trans, o para sepultarla bajo la pila de acuerdos comerciales con países donde la homosexualidad es delito condenado, en ocasiones, con la muerte.

En un año políticamente convulso en el que vemos cómo ideologías fascistas, machistas, LGTBIfobas y racistas adquieren relevancia política y ponen en entredicho no sólo los avances que están por venir sino los derechos conquistados hasta ahora, retomar el sentido reivindicativo del Orgullo es más importante que nunca. Nuestro objetivo este año es ofrecer un Orgullo Crítico que ponga el punto de mira en el sistema capitalista y cisheteropatriarcal que nos discrimina por desafiar los roles de género; por no poder integrarnos en una organización económica basada en la división sexual del trabajo (productivo y remunerado frente a reproductivo, es decir, de crianza y cuidados); y por entrar en una profunda contradicción con todo el imaginario patriarcal, completamente influenciado por una moral católica misógina y homófoba, que promulga el modelo binarista de hombre y mujer como único aceptable, estigmatizando a todas las personas que rompemos con este esquema. A raíz de estas contradicciones, el colectivo LGTBI, en especial la comunidad trans, se ve actualmente obligado a enfrentar discriminación y agresiones en el ámbito sanitario, en el mercado laboral, en colegios e institutos.

El 17 de mayo es el día contra la diversofobia en el que nos manifestamos contra las agresiones lgtbi-fobas. En el 2018 se han registrado en España 629 casos de delitos de odio a personas del colectivo LGTBI, de las cuales el 12% son menores de edad. Sin embargo la violencia también es institucional: las relaciones sexuales entre personas del mismo género aún son ilegales en al menos 72 países (entre ellos el 37% de
los Estados miembros de las Naciones Unidas), y en 12 de ellos pueden estar penados con la pena de muerte, habiéndose aplicado en 8 en los últimos tres años. Esta violencia también se manifiesta en la discriminación laboral de las mujeres trans, que enfrentan un paro del 90% en España, lo que las sitúa en una situación de extrema vulnerabilidad.

Orgullo es Revuelta, no Celebración.

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AST:

El 28 de xunu d'esti 2019 conmemórase'l 50 aniversariu de los disturbios de Stonewall, fecha que se consolidó como'l Día del Arguyu LGTBI+. Sicasí, nos últimos años la celebración perdió pocu a pocu el so calter reivindicativu pa quedase nun baille y un desfile que aunque cumplen el propósitu de visibilizar al colectivu (anque solo seya parte d'él) y normalizar la so presencia nes cais, quedó bien lloñe d'aquellos primeros actos que revolucionaron Nueva York en 1969.

L'Arguyu Crítico surdi como refugu a la mercantilización del movimientu pa los intereses electoralistes o comerciales de partíos y empreses que se colguen la bandera arcoíris el día 28 de xunu como reclamu de modernidá pa los sos clientes (votantes o consumidores) pa escaecela de nuevu'l 29 nel fondu'll caxón onde escaecen la Llei Trans, o para atapala embaxo la pila d'alcuerdos comerciales con países onde la homosexualidá ye delitu condergáu, n'ocasiones, cola muerte.
Nun añu políticamente convulso nel que vemos cómo ideoloxíes fascistes, machistes, LGTBIfobes y racistes adquieren relevancia política y ponen n'entredichu non yá les meyores que tán por venir sinón los derechos conquistaos hasta agora, retomar el sentíu reivindicativu del Arguyu ye más importante que nunca. El nuesu oxetivu anguaño ye ufiertar un Arguyu Crítico que ponga'l puntu de mira nel sistema capitalista y cisheteropatriarcal que nos discrimina por desafiar los roles de xéneru; por non poder integranos n'una organización económica basada na división sexual del trabayu (productivu y remuneráu frente a reproductivu, esto ye, de crianza y curiaos); y por entrar nuna contradicción con tol imaxinariu patriarcal, dafechu influyíu por una moral católica misóxina y homófoba, que promulga'l modelu binarista d'home y muyer como únicu aceptable, estigmatizando a toles persones que rompemos con esti esquema. Arriendes d'estes contradicciones, el colectivu LGTBI, especialmente la comunidá trans, vese anguaño obligáu a enfrentar discriminación y agresiones nel ámbitu sanitariu, nel mercáu llaboral, en colexos ya institutos.

El 17 de mayu ye'l día contra la diversofobia nel que nos manifestamos contra les agresiones lgtbi-fobas. Nel 2018 rexistráronse n'España 629 casos de delitos d'odiu a persones del colectivu LGTBI, d'elles el 12% son menores d'edá. Magar que la violencia tamién ye institucional: les relaciones sexuales ente persones del mesmu xéneru entá son illegales en 72 países (ente ellos el 37% de los Estaos miembros de les Naciones Xuníes), y en 12 d'ellos puen tar castigaes cola pena de muerte, aplicá en 8 casos nos últimos trés años. Esta violencia manifiéstase tamién na discriminación llaboral de les muyeres trans, qu'enfrenten un paru del 90% n'España, lo que les sitúa nuna situación d'estrema vulnerabilidá.

El 28 de xunu d'esti 2019 conmemórase'l 50 aniversariu de los disturbios de Stonewall, fecha que se consolidó como'l Día del Arguyu LGTBI+. Sicasí, nos últimos años la celebración perdió pocu a pocu el so calter reivindicativu pa quedase nun baille y un desfile que aunque cumplen el propósitu de visibilizar al colectivu (anque solo seya parte d'él) y normalizar la so presencia nes cais, quedó bien lloñe d'aquellos primeros actos que revolucionaron Nueva York en 1969.

L'Arguyu Crítico surdi como refugu a la mercantilización del movimientu pa los intereses electoralistes o comerciales de partíos y empreses que se colguen la bandera arcoíris el día 28 de xunu como reclamu de modernidá pa los sos clientes (votantes o consumidores) pa escaecela de nuevu'l 29 nel fondu'll caxón onde escaecen la Llei Trans, o para atapala embaxo la pila d'alcuerdos comerciales con países onde la homosexualidá ye delitu condergáu, n'ocasiones, cola muerte.
Nun añu políticamente convulso nel que vemos cómo ideoloxíes fascistes, machistes, LGTBIfobes y racistes adquieren relevancia política y ponen n'entredichu non yá les meyores que tán por venir sinón los derechos conquistaos hasta agora, retomar el sentíu reivindicativu del Arguyu ye más importante que nunca. El nuesu oxetivu anguaño ye ufiertar un Arguyu Crítico que ponga'l puntu de mira nel sistema capitalista y cisheteropatriarcal que nos discrimina por desafiar los roles de xéneru; por non poder integranos n'una organización económica basada na división sexual del trabayu (productivu y remuneráu frente a reproductivu, esto ye, de crianza y curiaos); y por entrar nuna contradicción con tol imaxinariu patriarcal, dafechu influyíu por una moral católica misóxina y homófoba, que promulga'l modelu binarista d'home y muyer como únicu aceptable, estigmatizando a toles persones que rompemos con esti esquema. Arriendes d'estes contradicciones, el colectivu LGTBI, especialmente la comunidá trans, vese anguaño obligáu a enfrentar discriminación y agresiones nel ámbitu sanitariu, nel mercáu llaboral, en colexos ya institutos.

El 17 de mayu ye'l día contra la diversofobia nel que nos manifestamos contra les agresiones lgtbi-fobas. Nel 2018 rexistráronse n'España 629 casos de delitos d'odiu a persones del colectivu LGTBI, d'elles el 12% son menores d'edá. Magar que la violencia tamién ye institucional: les relaciones sexuales ente persones del mesmu xéneru entá son illegales en 72 países (ente ellos el 37% de los Estaos miembros de les Naciones Xuníes), y en 12 d'ellos puen tar castigaes cola pena de muerte, aplicá en 8 casos nos últimos trés años. Esta violencia manifiéstase tamién na discriminación llaboral de les muyeres trans, qu'enfrenten un paru del 90% n'España, lo que les sitúa nuna situación d'estrema vulnerabilidá.

Arguyu ye Revuelta, non Celebración.

Organizado por Cambalache -el local- y Plataforma Transmarikabibollo d'Asturies